Aproximaciones al reconocimiento analítio de TEMA y SENTIDO en este breve corpus de cortos de animación.
TEMA: Cuatro cortos de animación no son siquiera la ínfima parte de la punta de un gigantesco iceberg en el vasto mundo de este arte (cuando efectivamente lo es). Entonces, difícil es determinarlos como ejemplos únicos; por lo pronto, han de ser una acotado corpus, breve, y que se pretende funcional a un acotado también, objetivo. Asir un tema que los convoca, que los reúne, que los hace parte de alguna unidad.
Hecha la salvedad, si vale, podemos aprontar un reconocimiento y análisis de lo que nos interesa esta vez: dilucidar el TEMA, y luego, comprender un SENTIDO.
Sin dudas, la elección de tal corpus tuvo un razón, no fue azarosa. Y la razón fue simple: los cuatro cortos compartían el tema. General, comprensible, casi obvio: LOS VÍNCULOS. Cada uno habla de ellos, a su modo, diciendo algo distinto. Cada uno tiene dos personajes que se vinculan, condición de posibilidad para todo intercambio, para decir lo que se dice luego. Y el víinculo que establecen en cada corto es doble: físico y emocional. Esto no es cuestionable. Es explícto, está a la vista. Es por vincularse que pasa lo que pasa. No se trata de un vínculo abstracto, morfológico, sino ontológico y eminentemente empírico. Lo están, hacen cosas juntos. Se ven, accionan, hablan, se enfrentan, están juntos. Condición a priori. Causa de todas las consecuencias, el vínculo atraviesa y es atravesado a su vez.
Esto los convoca, para, luego, construir cada uno, un SENTIDO propio, particular, que analizaremos a continuación.
SEILTÄNZER: desde luego habalmos, en todos los casos, con el vínculo con el otro, yo y el otro, la alteridad. En este corto en particular, el vínculo es un lazo permanente y complejo. Al menos, recorre las situaciones por la que un vínculo con ese otro, siempre yo y siempre otro, puede atravesar. Uno hace, el otro deshace, uno va, el otro lo sigue, uno posee, el otro es poseído, uno cede, el otro atrapa, uno manipula, el otro es manipulado, ambos juegan, ambos se buscan, se repelen, se separan, se unen, por momentos la relación es de subalternos, por muy pocos, de alternos; somos juntos, no esposible querer ni poder separarse, asíi ha de ser un vínculo, eso es vincularse, tender un lazo, tener un lazo que no se rompe. Uno lastima, uno cuida, uno muere, y el que sigue, tiende el lazo hasta su propio final. El cuadrado, el tiempo, el espacio, esa empiria, no se escinde, el lazo se funde en la realidad, así somos, porque vincularse es urgente necesidad de todo animal gregario, como el Hombre.
Seiltänzer (Raimund Krumme, 1986)
MICHAEL DUDOK DE WITT Y SUS DOS OBRAS
"El monje y el pez" cuenta un vículo de subalternidad obsesivo. La obsesión por atrapar al pez que vive en las aguas del Monasterio, atraviesa todo el vínculo con ese otro, se constituye en su causa y consecuencia. Es tenerlo, es poseerlo, es subalternidad completa. La diferencia no está subsanada, sin embargo, la subalternidad debe hacerse de estrategias y objetos y de obsesión, para ser, pues el pez no puede ser atrapado. Entonces, día tras día y noche tras noche, en ese vínculo, el vínculo muta, cambia, pierde su subalternidad y adquiere lo fundamental: la alternidad. Tal es así, que monje y pez alternan los espacios. Una especie de sutileza, de gentileza, de bondad, de suavidad, constituyen la relación, pacífica, complementaria, infinitamente bella, para siempre, monje y pez forman una figura perfecta. En el mágico devenir de un vínculo, éste puede cambiar.
"Father & daugther" es especial. Habla del vínculo parental en la muerte. Un vínculo de lazo poderoso, inextinguible, también eterno. El padre se va, deja a su pequeña sola en la vida, y año tras año, la joven, la adolescente, la novia, la esposa y madre, la viuda, la anciana, espera, se detiene en el tiempo y el espacio de la muerte de su padre. ¿Un día volverá? No, un día volveremos a vernos... Un vínculo jamás roto, que persiste en la espera, en el recuerdo nunca perdido, y un vínculo que se recupera con la propia muerte, entonces, la anciana vuelve a ser la pequeña en brazos de su padre, parado allí, tal vez esperándola. De Witt nos dice, a todas aquellas que hemos perdido a nuestro padre, que un día, no sabemos cuándo, ni cómo ni dónde, volveremos a sus brazos nuevamente pequeñas... Hay vínculos que la muerte no destruye jamás.
El Monje y el Pez (Le Moine et le poisson), (Michael Dudok De Wit,1996)
Father And Daugther (Michael Dudok de Witt, 2000)
BOTTLE: otra vez los vínculos, otra vez dos, a la distancia, pero unidos. Por un lado, mediatizados por un objeto, la botella, que atraviesa el mar, que sabe ir y venir, por otro, el vínculo que permite construirse con lo de uno y con lo del otro, con lo que el otro da y con lo que damos, el darse para ser y para que el otro sea, y en ese darse, vincularse, hacerse, tal vez completarse, seguramente completarse, y esa completud, hecha de rejuntes, bellísima por ello, complementa, construye y cosntituye. ¿Qué queda? Unirse, y unirse es fundirse. Deshabitar la lejanía, la distancia y la separación es fundirse, perderse en y con el otro, algo del orden del amor. Es un corto que habla del vínculo amoroso de dos, en el que nos vamos construyendo con lo propio y lo del otro, y en que nos perdemos. Finalmente...